19 febrero 2012


Me gusta tu sonrisa, tu boca preciosa, cómo me besas, el modo en el que me miras y me gusta lo que siento en ese momento. Me gusta, ¡me enloquece!, lo suave que eres. Me gusta cuando me hablas de ¡geomorfología dinámica! y de fútbol y cuando le das esas largas caladas al cigarro. Me gusta cuando me llamas bardal y me dices que eres un tarín. Me gusta que te guste ver la mesilla invadida por mis treinta y tantas horquillas, mis incontables anillos y pulseras y todos los trastos que me acompañan. Me gusta tu rollo, ¡me gusta y me pone!. Me gusta cuando se nos va la pinza y nos hacemos fotos con cara de besugos para que nuestros amigos puedan meterse con nosotros con motivo. Me gusta tu mundo. Me gustan tus pestañas largas y rizadas y esa mirada limpia que tienes tan preciosa, inocente, como si todavía fueras un niño pequeño. Me gusta el color de tu piel. Me gusta tu acento cantarín. Me gustan tus manos y me gusta que me acarices con ellas. Me gusta acordarme de ti. Me gusta estar contigo. Me gusta llegar al aeropuerto y encontrarte allí. O no!. Me gustan tus brazos largos y preciosos con los que me abrazas y me estrujas y me gusta estar entre ellos. Me gusta reírme contigo. Me gusta cuando me llamas guapa, y me gusta decirte que estás mú güeno!. Me gusta tu olor. Me gusta mirarte cuando te afeitas y pones ese gesto serio que raras veces tienes. Me gusta ver tu tierra contigo. Me gusta verte en la mía. Me gustan tus gin tonics, tus manchaos y tus tropecientos cafés diarios. Me gusta gustarte. Me gusta que hagas mi vida más feliz. Me gusta que me hagas sentir la tipa más afortunada del mundo por tenerte a mi lado y estar al tuyo. Me gustas tú.