En casa me esperaban "Ellos", pasaban unos días en la ciudad y se alojaban conmigo. Cuando llegué, "Ella" había salido a hacer unas compras para la cena.
Mientras regresaba aproveché para darme una ducha. Había sido un día muy duro, mucho tiempo de pié, los tacones me iban a matar.
Me tumbé en la cama y le pedí a "El" que me extendiera una crema hidratante en los pies con un ligero masaje.
Lo hizo con lentitud, suavidad y con ternura hasta que la crema se absorbió. Después repitió la operación con el otro pie.
Me puso sus pies sobre su pecho, lo miré, no podía ocultar su cara de excitación y le acerqué uno a su boca.
Empezó a besarme la planta del pié y sentía su respiración entre mis dedos.
Chupó mis dedos uno a uno y pasaba su lengua por entre ellos. Perdió por completo cualquier inhibición y loco de excitación devoró con pasión aquel pie como si le fuera la vida en ello.
Me hizo temblar y un escalofrio recorrio mi cuerpo.
Estaba tremendamente excitada.................