19 junio 2006

EL CADAVER EXQUISITO PARTE II

Pero sin importarle la mano que sujetaba su codo con energía, ella sacó de su bolso su diminuto teléfono móvil y marcó un número. Enseguida recibió respuesta:
“Buenas noches, bienvenido al servicio de radio taxis:
Si desea pedir un taxi pulse Uno; si desea hacer una consulta pulse Dos; Si desea contratar cualquier otro servicio pulse Tres.
“Qué lata de operadoras, anda , ¿qué voy a querer si llamo a radio taxis?. ¡Pues un taxi! . Mercedes pulsó Uno.
“Ha seleccionado usted el servicio número Uno. Si quiere que le sea enviado un taxi a un domicilio particular pulse Uno; Si quiere que le sea enviado un taxi a cualquier otro lugar, pulse Dos; Si desea contratar un servicio de taxi para cualquier otro caso, pulse Tres.
“Diosmiodemivida, ¿pero qué es esto?”. Mercedes estaba ya alterándose. Entre la fuerza con que estaba siendo retenida por Guillermo y el calentón de narices que le estaba provocando el servicio de radio taxis, sentía impulsos de soltarse de Guillermo y salir corriendo por la calle sin mirar atrás. Mercedes pulsó Dos.
“Ha pulsado usted la opción Dos. Si quiere que le sea enviado un taxi a algún local comercial, de hostelería o de ocio, pulse Uno; Si desea que le sea enviado a cualquier otro lugar, pulse Dos; Si no sabe el lugar a donde quiere que se le envíe el taxi, continúe a la espera”
“!!Esto no me está pasando a mí,-pensó Mercedes..!” , Y pulsó la opción dos.
“Ha seleccionado usted la opción dos…..”
Mientras tanto, Guillermo no paraba de hablar, mascullaba palabras que Mercedes no podía escuchar; sólo las escuchaba de fondo, escondidas por la voz de la teleoperadora de la compañía de taxis, y de la música de frank sinatra que le ponían entre parrafada y parrafada. Estaba odiando profundamente “My way”.
De pronto no pudo más, colgó el teléfono y le dijo a Guillermo con energía y seriamente cabreada: ¡Odio el servicio de taxis de Tu ciudad!! .