24 julio 2006

FANTASIAS DE MARUJA

Toda la mañana la he pasado con la misma canción de fondo, preparándome para “El Encuentro”. Y ahora no puedo dejar de tararearla.


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Ducha, depilación, manicura, pedicura, y un cuidado especial para el pelo, mi melena pelirroja tiene que quedar sedosa. Sé que le gusta.

Maquillaje, poco, un leve color en los labios. Y como toque final, una buena hidratación para la piel , deja un aroma irresistible.

Escogí la ropa interior, braguitas de encaje negro, igual que el sujetador.

El vestido, el de seda de color negro con un generoso escote sería el adecuado.

Y sandalias con poco tacón, el "empedrado granaino" hace mella en los pies ( mi teoría es que lo inventó un hombre que odiaba a su mujer), pero sigo... que los nervios por el encuentro me hacen desvariar.



El Mirador de San Nicolás, era el lugar escogido y cuando el sol le dice adiós a Granada, era la hora de la cita.
Llegué pronto, me senté a admirar la Alhambra, y a ver las pinceladas rojizas que el sol iba dibujando en ella. Nunca se olvida un atardecer desde este mirador.

Me acariciaron la melena, me volví y ahí estaba. Nunca lo había visto pero lo reconocería entre miles. Alto, fuerte, el pelo rizado y grisáceo con grandes entradas, ojos marrones, mirada profunda, finos labios, atractivo, muy atractivo, era "EL".
Me levanté y era más alto de lo que parecía, mi cabeza llegaba a sus hombros.
Su boca buscó la mía y nos unimos en un beso interminable. Sólo los flashes de las cámaras hicieron que nos separáramos, nos rodeaban miles de japoneses que nos hacían fotos.
Sonreímos.

Sin cruzar una palabra mi mano buscó la suya y abandonamos el lugar. Se dejaba llevar, en nuestras miradas se adivinaba el deseo, deseo de sentirnos.

Lo llevé a los jardines de la Mezquita, suele ser un lugar tranquilo y por suerte con las mismas vistas.
Se sentó y antes de que yo pudiera hacerlo, me cogió por la cintura y me puso en sus piernas.

Mis dedos se enredaron en su pelo canoso y suave.

Veo que me mira, sus profundos ojos brillan como la luna.

Beso esos labios tiernamente, muy tiernamente. Pero eso no me basta. Lo beso otra vez y otra vez, y otra, y aún quiero más.
Mi corazón palpitaba cada vez más rápido

Sus manos vagaban por mi cintura, mis caderas, mis muslos. Podía sentir su necesidad.

Sólo entonces me habló:
-Necesito estar sólo contigo
.................................................................................

Y haciendo honor al sobrenombre que me puso hace ya algún tiempo, "Sutilezas de Maruja", dejo que a esta fantasía le pongáis el final en vuestros sueños.

4 comentarios:

Cobre dijo...

El final perfecto a esta fantasía solo lo pueden poner dos personas, tu, Maru preciosa, y Él, hombreniño adorable.

Un beso

Mar dijo...

absolutamente irresistible ¡qué suerte tiene ÉL!
La canción preciosa, ideal para cantársela muy dulcemente al oído.
Besos muy quedos...

Anónimo dijo...

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