Hace unos días ocurrió algo que me dejó perpleja, y por cierto, bastante preocupada por la salud mental de todas las que allí trabajamos (digo todas porque hay gran mayoría de mujeres, con el consiguiente peligro de acabar tirandonos de los pelos cuando el aburrimiento nos hace mella). Fue en el cuarto de baño. En el tal cuarto de baño, como es natural, hay varios excusados con su taza correspondiente. Cuando entré lo hice al tiempo que una compañera con la que iba yo cambiando impresiones, del tipo "parece que hoy hace menos calor, no crees?", y cosas por el estilo. Ella se metió en uno de los wáteres de suerte que en el de al lado había una amiga suya que la había oído hablar, y esto fue lo que oí a continuación:
-¡Gertrudis! ¿Estás meandoooo?
-Si!
- ¡Qué buen rollo, tíaaa!
Llevo dos o tres días pensando en esa conversación.
Aún me tiene intrigada. No sé... Preocupada, creo...
5 comentarios:
¡Gracias, gracias, gracias!.
Es la mejor radiografía sociológica que conozco de la cultura española actual del mogollón.
pues mira Mariajo , aquí los baños sólo tienen un utilitario en cuestión , pero eso si las paredes de papel de fumar y yo me he tirado años viviendo en el despacho de al lado del de los chicos ....no te cuento más ...
besos
Pues está claro, la chiquilla tiene incontinencia urinaria (como Concha Quéasco) y el buen royo era no hacerselo encima... eso, o se ha cambiado de sexo y tiene la prostata como un melón y el poder ir es ya algo extraño.
No te comas el tarro, que en este mundo todos somos bichos raros.
Un saludo.
¿en vuestro trabajo hacen controles de alcoholemia? Es que esa clase de "conversaciones" las he oído en varias ocasiones en algunos bares de copas y las participantes no es que fueran precisamente sobrias...
Aunque las teorías de lacañadeespaña me gustan más.
Besos
Te voy a enlazar, Matias. No tardaré mucho...
(esto no es una amenaza)
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